Antón Calero, al ritmo de la naturaleza
Desde su finca manchega, la familia Antón Calero ha sabido mantener la tradición agrícola de muchas generaciones sin perder la ambición por adaptarse a nuevos mercados. Recién salido del horno, la marca saca al mercado una línea gourmet de pistachos de altísima calidad.
La agricultura natural, el respeto a los tiempos que marca la naturaleza y la búsqueda de la calidad definen a esta empresa familiar.
¿Cómo empezó esta empresa?
Somos una empresa familiar que desde siempre han trabajado en el pueblo y en el campo. Mi abuelo compraba y vendía fincas y mi madre heredó la finca Antón Calero. Siempre nos habíamos dedicado al cultivo de secano como la cebada y el trigo, pero hace 8 años, en La Mancha se puso de moda el pistacho así que nos decidimos a plantarlo también.
Vimos que evolucionaba bien y montamos la fábrica para el proceso de los pistachos. Con las primeras producciones lanzamos Maná, la marca de pistacho más orientada a herbolarios y tiendas de productos orgánicos.
Comprobamos que había otro nicho más gourmet y sacamos la línea Antón Calero. Contamos con la tradición de agricultura de más de 100 años y ahora, también contamos con la venta directa.
¿Cómo es vuestro pistacho?
El pistacho manchego es increíble. Tiene mucho éxito porque es muy grande y de muy buena calidad. Además, el proceso que llevamos a cabo es manual, es decir, que nunca encontrarás un pistacho cerrado a diferencia de otras empresas que lo hacen con máquinas ópticas.
Otra de las características de las que estamos más orgullosos es que nuestro proceso de secado es a baja temperatura durante dos días.
¿Cómo es el proceso de secado exactamente?
Muchas empresas que trabajan con volúmenes de pistachos muy altos los secan más rápido y a más temperatura. Nosotros, en cambio, los secamos más de dos días y a baja temperatura, sin quemarlo. Esto permite mantener las propiedades organolépticas del pistacho. Una de las veces que analizamos en laboratorio nuestros pistachos, los datos indicaban que mantenían una cantidad de partículas por millón de vitamina E exagerada, en comparación con otros.
¿Y cómo es el proceso de salado?
Los tostamos ligeramente con un punto de sal que se consigue mediante una salmuera obtenida directamente de los manantiales de Belinchón (Cuenca). Lo que lo convierte en un proceso de salado 100% natural.
Trabajáis bajo la filosofía de agricultura sostenible ¿en qué se traduce?
El hecho de no crear una explotación en la que los árboles estén solo cada dos metros, para producir mucho. Los nuestros guardan 6 metros de distancia, podamos los árboles nosotros, y trabajamos el concepto de que el pistacho vaya directamente hasta el consumidor. Tampoco queremos que esté en centros comerciales. Optamos por tiendas gourmet.
Mantenemos el máximo respecto por la tierra, sin productos que dañen, medios y técnicas más artesanales, usamos estiércol cada año que producen las vacas de fincas vecinas, creamos puestos de trabajo en el propio pueblo y reducimos la huella de carbono evitando distribuidores.
¿Cuáles son vuestros próximos pasos?
Nos encantaría que la gente visite y forme parte de la recogida de los pistachos, que disfruten del paisaje de labranza manchego. Queremos crear una experiencia completa para nuestros clientes, especialmente para los clientes europeos.
¿Qué productos nuevos lanzaréis al mercado?
En frente de la finca tenemos muchos olivos. Hemos conseguido la certificación ecológica y estamos buscando la almazara que procese nuestro aceite de oliva. Lo mismo ocurre con una viña de la finca de la que elaboraremos un crianza de la Mancha. Por último, sacaremos una pasta de pistacho con un poco de aceite de oliva sin ningún tipo de químicos. La marca seguirá creciendo en función de lo que haya alrededor de la finca.
¿Por qué os unísteis a Spainery?
Queremos salir al exterior, a Europa. Investigamos qué país busca y compra más productos ecológicos y es Alemania. Buscábamos una marketplace que nos ayudara a exportar nuestros productos y descubrimos Spainery.
Puedes encontrar los pistachos de Antón Calero aquí